El 29 de mayo de 2015, el empresario Pablo Naya se paró sobre una tarima ante un pequeño público, que se había reunido en la ex fábrica de motos de Dadalt, en Villa Luzuriaga. Allí anunció que comenzaba la producción del primer auto eléctrico fabricado en la Argentina: el Sero Electric.
Desde entonces, se fabricaron 150 unidades, pero el vehículo se encontró con una limitación. No estaba homologado para circular por las calles. Su uso quedaba restringido a espacios cerrados o privados.